EL
MUÑECO ESTARÁ
EN EL FONDO…
El
muñeco estará en el fondo de la vieja maleta
de viajero. Con burlona curiosidad, el periodista llamará
a Rubén para que tome una foto en primer plano; sacará
a Bernabé de la maleta y lo pondrá entre las
manos rígidas del viejo; humedecerá en sangre
de las heridas del anciano un palo caído en la carretera
polvorienta y con él untará al muñequito
zurcido en crochet.
El calor, penetrará con dolor los ojos, Rubén
moverá el muñeco de crochet y tomará
fotos a su antojo. Sacará otros recuerdos de la maleta
antigua y hará composiciones dramáticas con
el viejo ametrallado, pensando en la portada. Solo se detendrá
estupefacto, cuando, buscando nuevos elementos para adornar
su historia, encuentre entre los papeles amarillentos del
anciano, un ramillete de azaleas disecadas que han manchado
una foto del viejo, mozo aún, abrazándola a
ella, con las azaleas en el pecho, y abrazando también
a su muñeco de crochet, mirando a la distancia.