Poemas y Relatos
EL
ESPEJO
Pedro Prado
Cada
vez que me observaba en un espejo recibía una
impresión extraña.
–
Ahí te tienes, me decía.
–
Pero ¿acaso soy tan sencillo como todo eso?
me preguntaba.
Aquella
imagen opaca, impenetrable, parecía tan ajena
a mi mismo, como si fuese la figura de otro.
Por
fin, una noche descubrí el verdadero espejo.
Sobre
el jardín envuelto en sombras, bajaba el pálido
fulgor de las estrellas.
En
los cristales de la ventana veía reflejada
la luz de la lampara y mi actitud pensativa. Pero
a través de mi imagen pude observar la arena
de los senderos, los macizos de rosas que florecían
en mitad de mi pecho, las estrellas lejanas que brillaban
en mi cabeza.
Pensé
haber encontrado un buen espejo.
Aquella
mi sombra, atravesada por franjas de arena, por rosales
florecidos, por astros distantes, hablaba, con extraordinaria
claridad, del origen de nuestro cuerpo y de las tendencias
que llenan al espíritu humano.
[De
La casa abandonada]