Valentina
Inés
Mi nombre en tu nombre,
es dulce armonía.
Bella letanía
de viejas herencias:
tu abuela y la mía.
Hoy te alejaste…dormías,
justo al mediodía.
Mar del Plata te acogió
y de color te vistió.
Rumbo de sur, melancólico, llevas,
vuelas con el viento, vuelas.
Tus mejillas, ingenuas,
serán granadas en caricias nuevas.
Hoy te fuiste, Valentina,
vestida de rosas y mieles.
Magnolias en mi retina,
tus manitas inocentes.
Toda tú eres pureza,
tierra virgen, sin maleza;
renacer de la esperanza;
espigas de sol, luna fresca.
Flores de estío, mariposas eternas,
abejitas dulces, alondras de fuego,
crecerán contigo
y te darán abrigo.
Caracolas rumorosas;
Madréporas fucsias;
Perlas nacaradas;
Advierto transidas…
¡Tú estás adornada
de «Vida», recién allegada!
Eres brisa entre los dedos,
canciones, bordadas de cuna,
corazón sin velos,
¡lucero tan bello que ríe la luna!
¿¡Cómo decir – TE AMO –
sin sentirme sal,
sin sentirme nieve,
sin sentirme «nada»?!
…ya que sólo soy
vacío regazo…
Matilde Maisonnave