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Una rosa
Encuentra una rosa
Busca la más venenosa
La más podrida
La más agusanada
La del olor más fétido
Y arráncala de la mano de un cadáver
Pero que sea el cuerpo
De una doncella violada
Y por ello acusada de adulterio
Quemada viva
Y mutilada miembro por miembro
Y que sus entrañas alimentaran
Las tierras de su sepulcro.
Cuando tengas esta rosa
Entre tus frías manos
Entrégasela a tu amada
A ese dulce ser
Que duerme en tu cama
A la que ataste de pies y manos
Para que no huyera de tu lado
Y amordazaste fuertemente
Para que no gritara de dolor
Por culpa de los hierros incandescentes
Que recorrían su cuerpo
Dejando tras de si
La carne quemada
Mientras de las cortadas
Fluye la sangre color carmín
La cual recolectas
Y guardas tan celosamente
Como si de rubíes se tratasen
Después te dedicas
A saborear suavemente
De los dulces placeres
Que de la carne florecen
La recorres con os ojos
Después con las manos
Retiras la mordaza
Para escuchar su dulce voz
Ella llora dolorosamente
Sus ojos muestran su terror
Tú le pides que no llore
Y le aseguras que todo va a estar bien
De pronto cambias tu actitud
Ya no la tratas con delicadeza
Y eres más agresivo con ella
Golpeas su rostro varias veces
Y abres bruscamente sus piernas
Pero ella se esfuerza por mantenerlas cerradas
La vuelves a golpear enfurecido
Y ella te suplica entre sollozos
Que no lo hagas
Ella tiene miedo
Pero ya es tarde para arrepentimientos
Profanas violentamente el sitio de su virginidad
Le rasgas el velo de su inocencia
Y no satisfecho con desflorarla
También recurres al templo de sodoma
Por sus piernas corre la sangre
Por que esta desgarrada en cuerpo y en alma
Inmediatamente te das cuanta
De que la ya no inocente chica
Después de desprender tan dolorosos gritos
Ha perdido el conocimiento
Y por ello
Tienes tiempo para prepararle
Para hacerle ver su deshonra
De su virginidad perdida
Cuando ella despierta
Se ve atada a un poste
Bañada en combustibles
Y te observa a ti
Sosteniendo una antorcha
Entonces sus ojos cristalinos
Se cierran lentamente
Se agotaron sus lágrimas
Solo grita con fuerza
Justo antes de que tu
Claves la antorcha en su vientre
Lamentablemente ella ya no grita
Solo se queda en silencio
Hasta que pierde la vida
Mientras tu solo te limitas
A verla placidamente
Mientras su piel arde lentamente
Cuando ya su cuerpo no se puede consumir mas
La bajas lentamente y con dulzura
Miras su rostro carbonizado
E inhalas el olor de su piel
Mientras la llevas a un sepulcro
Previamente preparado
Solo para ella
Y la recuestas en su lecho
Y con un hacha separas
Cortando por las articulaciones cada extremidad
El crujir de los huesos
Al ser penetrados por la filosa hoja metálica
Y con una daga
Recalcas la incisión en su vientre
Justo donde la antorcha se hubiere incrustado
Y la jalas suavemente
Creando una larga y profunda incisión
Introduces la mano en la herida
Y de un tirón sacas un puñado de viseras
Que riegas para dar vida al sepulcro
Finalmente colocas una rosa
Entre los dedos de una mano mutilada
La besas suavemente en la frente
Y te despides
Por que es hora de visitar a tu nueva novia,
a tu nuevo amor….
AUTOR: ALEJANDRA PINEDA CANO
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