SOBRE LA BELLEZA FRAGIL
Sobre la belleza frágil y perecedera
Con planta incierta y paso peregrino,
Lesbia, muerta la luz de tus centellas,
llegaste a la ciudad, de las querellas
sin dejar ni aun señal de tu camino.
Ya el día, primavera y sol divino,
de tus ojos, tu labio y trenzas bellas,
dieron al agua, al campo, a las estrellas,
luz clara, flores bellas, oro fino.
Ya de la edad tocaste tristemente
la meta, y pinta su victoria ingrata
con pálida color el tiempo airado.
Ya obscurece, da al viento, vuelve en plata,
de los ojos, del labio, de la frente,
el resplandor, las flores, el brocado.
PEDRO
DE ESPINOSA