MARINERO
DEL AMOR
I.- SALADA FRAGANCIA
De
tanto navegar por la esperanza
hallé el amor y de él me hice devoto,
porque entregarse es etérea foto
y compartir latidos es bonanza.
Del
níveo beso brota una danza
de olas en verso, un mar en alboroto,
un río de silencios, cauce de un soto
de aire que calma y colma en templanza.
¡Qué
gran quietud nos ofrenda el amor!.
¡Qué gran quietud nos refrenda donarse!.
¡Qué suave inquietud, qué paz su furor!.
No
hay nada mejor que de amor bañarse
para ahuyentar la cruz del dolor,
y en la ardiente pasión eternizarse.
Víctor Corcoba Herrero