RESPETO POR LAS DIFERENCIAS
Las diferencias de color,
como las disparidades de voces
y las discrepancias de pensamiento,
más que encendernos la indiferencia,
debe ascendernos a vivir trascendiendo.
Propagando
la alianza de corazones,
se aviene la concordia
bajo el concordato del respeto,
estigma de luna encantada.
Para
ser luna en creciente,
necesitamos cambiar,
el desprecio por aprecio,
el rencor por el afecto,
la ofensa por la defensa,
la repulsa por el pulso del corazón.
De
nada sirve, ser siervos
del patriotismo sin humanismo,
del nacionalismo sin universalismo,
del fervor sin ardor de paz.
Porque
la paz es una espiga
que espiga en familia,
una comunidad en comunión,
donde nadie domina a nadie,
y donde todos sirven a todos.
Por
ello, me reafirmo
en desterrar toda doctrina
que adoctrine superioridad,
y toda raza que roce la fuerza,
porque el mundo,
más que una selva,
debe ser una salve de versos.
Víctor Corcoba Herrero