JULIO
FLORES
LA
LAGRIMA DE SATÁN
Del infernal abismo, con estruendoso vuelo,
rasgando la tiniebla surgió Satán: quería
ver otra vez la comba donde se espacia el día,
ver otra vez su patria, ver otra vez el cielo!
Miró
durante un siglo. Cuando colmó su anhelo
y recordó el proscrito que allá no volvería,
con honda pesadumbre la formidable y fría
cabeza hundió en el polvo del calcinado suelo.
Después…
lanzó un sollozo que pareció un rugido,
y luenga, azul y amarga, pugnó una gota en vano
por no salir del ojo del gran querube caído.
Crujieron
valle y cumbre y otero y bosque y llano,
porque la gota aquella, buscando inmenso nido,
formó, al rodar, la mole del pérfido oceano!