LA VOZ DEL MUNDO
La voz del mundo se resquebraja
como los sones de una guitarra flamenca,
por eso yo miro a las salves del cielo.
Que se cante para olvidar la pena
por siguiriya, soleá, toná o tango,
que los taranteros de Linares
vuelvan a la mina con sus cantares
para que el tajo de la vida se allane.
Vengan cantaores de versos,
que el verso armoniza y hermana.
Lo salvaje se torna humano,
en el torno del corazón,
donde retoña el amor de los poetas.
Que sus brazos de verbo nos abracen,
que sus baños de besos nos enamoren,
que sus caricias nos lleven a otros universos,
lejos de este vivir de sí mismo,
que rueda en sí mismo ensimismado,
cerca de Dios, hacedor del más hondo poema
que ningún cantaor cantó, ni juglar entonó.
Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net