¡LA
PAZ ESTÉ CONTIGO, ESPAÑA!
Nuevamente
la paz en su voz,
en su voz de esperanza y vida,
una vida en la que solo Dios,
y Dios no se olvida del hombre,
es sol en la cruz,
¡sol que nos Resucita!.
Nuevamente
España en su voz,
en su voz las raíces de amor
de un pueblo peregrino,
que peregrina hacia el Padre,
hacia el Padre que se hace visible
en Cristo y por Cristo.
Nuevamente
el pueblo español,
con los brazos abiertos
y el corazón entregado al Papa,
y el Papa con los latidos del pueblo,
caminando juntos, unidos
por la paz de Jesús que nace del amor,
y no por la paz impuesta
por los vencedores a los vencidos.
Es
un Papa que se alza,
con sus pausas y silencios,
como el aire que dona aire,
a sembrar esperanza,
los valores altísimos
de vivir en convivencia para ser más,
más en familia y menos en el yo.
Para
ese reencuentro de todos
con todos, el pueblo español
-nos lo recuerda el Papa-
es rico en raíces católicas,
para hacer florecer
un nuevo humanismo cristiano,
ante tanta sed y hambre de Dios,
ante tanto necio y necedad,
sumido en poseer posesiones
de pronombres posesivos.
Para
ese bien ser del mundo,
ha de prevalecer y nacer
más que un bienestar de unos pocos,
esa paz que el Papa,
en cada gesto transmite,
con sus acciones y opciones
de seguir el amor a la Cruz,
el amor a las raíces,
el amor mariano, fermento
de lo que somos, fuimos y seremos,
a pesar de los pesares,
de ser rociados por escarchas,
que nos tronchan el alma,
con recios y reacios rocíos
de bombas, que hacen de la vida, un bingo.
Pero
los jóvenes están con el Papa,
y el Papa está con los jóvenes,
deseosos por cambiar el mundo,
y hacer del mundo, un universo en paz,
que sea fecunda, estable y duradera,
una convivencia en la unidad,
dentro de la asombrosa
sombra de la diversidad de versos
que anidan pueblos y ciudades,
fuera de doquier frontera
o frente que nos enfrente
y nos siegue la paz que plantamos.
Víctor Corcoba Herrero