Fulminado
Julio Flores
¡Salta
el rayo en la nube! Alfanje de oro
raja el ámbito negro y atraviesa
el abismo; desciende a la dehesa
y húndese en el testuz del viejo toro.
Tras
un brusco esplendor del meteoro,
del verde llano a la montaña espesa
el trueno pasa retumbando… Y cesa
de la borrasca el fecundante lloro.
El
huracán, terrible y altanero,
cierra sus fauces lúgubres; ya nada
se mueve… En el cenit brilla un lucero.
Y
desde la llanura dilatada,
sube, como un reproche lastimero,
¡la gran lamentación de la vacada!