MIGUEL
DE CERVANTES
ENTRE
MONTES POR
ÁSPERO CAMINO
Entre
montes por áspero camino,
tropezando con una y otra peña,
iba un viejo cargado con su leña,
maldiciendo su mísero destino.
Al fin cayó, y viendo que de suerte
apenas levantarse ya podía,
llamaba con colérica porfía
una, dos, y tres veces a la muerte.
Armada de guadaña, en esqueleto,
la Parca se le ofrece en aquel punto;
y el viejo, temiendo ser difunto,
lleno mas de temor que de respeto,
a la muerte le decía balbuceante:
– Yo Señora, os llamé desesperado.
– Pero acaba, ¿qué deseas desdichado?
– Que me carguéis la leña solamente.