En una llaga mortal…
En una llaga mortal,
desigual, qu’está en el siniestro lado,
conoscerés luego quál
es el leal seruidor y enamorado;
por quanto vos la hezistes
a mí después de vencido en la vencida,
que vos, señora, vencistes
quando yo quedé perdido y vos querida.
Aquesta triste pelea
c’os dessea mi lengua ya declarar,
es menester que la vea
y la crea vuestra merced sin dubdar;
porque mi querer es fe
y quien algo en él dubdasse,
dubdaría en dubda que cierto sé
que jamás no se saluasse d’eregía.
Porque gran miedo he tomado
y cuydado de vuestro poco creer,
por esta causa he tardado
y e dexado de os hazer antes saber
la causa d’aqueste hecho:
cómo han sido mis passiones padescidas.
Para ser, pues, satisfecho,
conviene ser mis razones bien creýdas.
Señora, porque sería
muy baldía toda mi dicha razón,
si la dubda no porfía con su guía,
que se llama discreción;
como en ello yo no dubde,
pues es verdad y muy cierto lo qu’escriuo,
antes que tanto m’ayude,
que pues por dubda soy muerto, sea biuo.
Cabo
Pues es ésta vna espirencia
que tiene ya conoscida esta suerte,
por no dar vna creencia,
no es razón quitar la vida y dar la muerte.
JORGE MANRIQUE