EN
ESPERA DE NUESTRO
PRIMER HIJO
Día
tras día es nuestro afán
ver tu barriguita
que crece burlándose del ropero,
juguetona y redonda
como fresca manzana.
Adivinamos
los movimientos
del hijo que esperamos.
Cuando
estamos solos
creemos escuchar sus sonrisas
y nos imaginamos
sus pequeños bracitos
que quieren abrazarnos.
En
la honda soledad de la noche
somos dos centinelas del amor
que esperan.
FREDY GAMBETTA