Elogio para la memoria de mi padre
Yunque, Alvaro
ELOGIO PARA LA MEMORIA DE MI PADRE
Álvaro Yunque
Papá, cuando moriste, yo, diez y siete años
Borrachos de lecturas, no te supe admirar.
¡Gigante, gringo rubio de los ojos celestes,
como una escuadra honrado, fuerte como un compás!
Héroe de los andamios, dentro tu cuerpo rubio
Fue tu alma blanca y blanda como miga de pan.
¡De sol a sol yugando cuarenta años! Tu vida,
Como la de una pala, sólo supo crear.
Y yo, al hacer su elogio, no hallo uno más brillante
Ni más sonoro que éste pudiérase elevar:
Sus obreros llamábanle: «Buon alma»
¿Puede pedirse más?