DE LA AMISTAD
CARLOS REYNA
Ondula
más allá de la existencia
en un crujir de muros derribados,
y desafiando olvidos renegados,
le pone al tiempo su inmortal esencia.
No tiene voz ni aroma su presencia
-no se adivinan gestos señalados-,
y sin embargo surgen entregados
infinidad de rostros sin ausencia.
Qué
inocultable ciencia incomprendida:
hallar la pena ajena y combatirla
con el sólo poder de recibirla.
Buscar la mano quieta y extendida
y ahogar la sed de días esperados
entre los cuatro brazos entregados.
Del
libro «Poemas del Segundo Tiempo»
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