CANTO A LA ETERNIDAD
La hoja paciente aguarda un tema,
Escoja mi mente si tarda un fonema.
Curvilínea sinrazón, silencio o grito,
Una línea mi inspiración ya ha escrito.
La senda de la escritura es batalla,
Como contienda madura que estalla.
Versos como vientos suceden en mi mente,
Inmersos sentimientos que pueden ser presente.
La rima es escollo, tesón y melodía,
Sin grima me apoyo con pasión en la poesía.
Palabras que asuma en verdad la ilusión,
Labras con pluma una realidad o ficción,
Y surge un llanto, una risa en soledad,
Me urge un canto, sin prisa, para la eternidad.
Sombra que vierte su sueño en vivir,
Obra que acierte en su empeño a transgredir,
Como estertor anónimo, como ruego ausente,
De un autor seudónimo, es un fuego intermitente,
Ecos errantes de un alma esperanzada,
Huecos distantes que con calma son cruzada.
Rocas en mi piel, en mi pulso se oirán,
Bocas que un fiel impulso recitarán,
Y otras voces llenarán el lacio vacío,
Entre roces poblarán un espacio frío,
Conciencias cubiertas por realidades encendidas,
Inmanencias despiertas en ciudades dormidas,
Retos del alma esperan ser leidos,
Sonetos que con calma proliferan en oidos,
Donde gentes cansadas renovarán esperanzas,
Mentes preocupadas que fingirán templanzas.
El verso lanza su canto al viento,
Un universo avanza en el manto de su sentimiento,
Y las miradas furtivas son torrente ahora,
Pobladas y sensitivas mentes que son aurora,
Amanecer renovado entre sonoras afinidades,
Renacer guiado que atesoras lealtades.
Llaves de ilusión cubiertas por impactos,
Claves de pasión abiertas entre pactos,
Y la voz destila sensibilidad con su huella,
Como hoz que afila en la ciudad una estrella.
Miguel de Asén