AQUELLO
QUE FUE
Parpadeando
betún
llegaste, acarreando soledades
del terraplén
donde vagan los sueños.
Buscaste
mi mano protectora,
emparejando penumbras
al tropezar con el vacío.
Con
cuchara de plata
mezclamos los licores
dispuestos con esmero
en la misma vasija.
Supe
alcanzar tu altura,
aprendiste mi espacio temporal,
trocamos libertades con cautela.
Sabores
entregados
más allá de la sed
donde bocas se funden.
Veredicto
del tiempo:
equilibrio que inclina
profundo, al precipicio.
@ Silsh