MANUEL
LOZANO
AQUEL ROBERT BROWNING
SALIENDO DE LA HIERBA
Viento que has gastado el sol con tu
secreta lámpara,
apenasel asco por el mundo
y ni siquiera el albor como un insuperable ramo
de prodigios
que desde la pesadilla no llega.
Vengo a ti cuando soy nadie.
¿Cómo estará tu canción resplandeciente
entre carbones fríos?
No se destruiría el espanto con esta posesión.
El viviente reclama agua arrastrándose en un cuarto
de hotel
lleno de libros y de sombra caníbal, mis testigos.
Es insostenible tu amor reclinado para siempre entre los muertos,
el curvado rostro derritiéndose en su hoguera,
agravado quizás en la pasión sin sosiego
de los días.
Has vuelto a arrojar sombra donde hubo tinieblas,
a quemarme el corazón con esta sangre.
¿Qué carne, vieja criada de las telarañas,
riendo a solas?
No hay terrazas para ver la tempestad.
No hay pleamares, furiosas danzas de escarnio.
No hay impaciencia de fruto en este infierno.
So is the murder managed, sin conceived
to the full: and why not crowned with triumph too?
Why must the sin, conceived thus,
bring forth death?
Vengo a ti cuando soy nadie.
Señor inacabado en el hambre, acógeme.