A
LA MUERTE DE TORRIJOS
Y SUS COMPAÑEROS
Hélos
allí: junto a la mar bravía
cadáveres están ¡ay! los que fueron
honra
del libre, y con su muerte dieron
almas
al cielo, a España nombradía.
Ansia
de patria y libertad henchía
sus
nobles pechos, que jamás temieron,
y
las costas de Málaga los vieron
cual
sol de gloria en desdichado día.
Españoles,
llorad; mas vuestro llanto
lágrimas
de dolor y sangre sean,
sangre
que ahogue a siervos y opresores,
y
los viles tiranos, con espanto
siempre
delante amenazando vean
alzarse
sus espectros vengadores.
JOSÉ DE ESPRONCEDA