JUAN
DE ARQUIJO
A
Dido, oyendo a Eneas
De la fenisa reina importunado
el teucro huésped le contaba el duro
estrago que asoló el troyano muro
y echó por tierra el Ilïón sagrado.
Contaba la traición y no esperado
engaño de Sinón falso y perjuro,
el derramado fuego, el humo oscuro,
y Anquises en sus hombros reservado.
Contó la tempestad que embravecida
causó a sus naves lamentable daño,
y de Juno el rigor no satisfecho.
Y mientras Dido escucha enternecida
las griegas armas y el incendio extraño
otro nuevo y mayor le abrasa el pecho.