Eloso-lobo
Autora:
Botella Harmonie
En un bosque muy sombrío vivía un monstruo que ahuyentaba a todas las personas que intentaban adentrarse en él. Aullaba como los lobos para asustar a la población. Todos los vecinos del pueblo tenían miedo de entrar en el bosque al anochecer. Tenían miedo a la oscuridad pero sobre todo miedo a la temible bestia que se escondía entre estos árboles tan oscuros.
Ningún habitante jamás vio al monstruo pero todos coincidían en que era un gigante con cuerpo de oso y cabeza de lobo. Solían contar que la bestia mataba a sus presas y después las comía en un santiamén. Musitaban también que las noches de luna llena se acercaba al pueblo para matar a cualquier persona que saliera de su casa.
Esta leyenda circulaba en la región desde hacía más de dos siglos y ningún miembro de las autoridades había verificado si lo que se rumoreaba era cierto. La única en dudar de la existencia del oso-lobo era María una joven campesina guapa y traviesa que no hacía caso de lo que chismorreaba la gente.
A María, un día, se le antojó ir a coger unas bonitas flores azules que crecían en el bosque para alegrar su casa. Llenó su cesta enseguida y vio un camino que no conocía. Decidió seguirlo para ver donde llegaba. No se dio cuenta que el camino era muy largo y que la noche estaba a punto de caer.
Cuando desapareció la luz del día percibió unos ruidos muy extraños seguidos por unos gemidos de dolor. Prosiguió su camino, sin inmutarse. Descubrió una especie de oso-lobo llorando al lado del tronco de un árbol. Con mucho respeto se acercó y le preguntó:
«- ¿Señor Oso-lobo que le ocurre?
La bestia sorprendida aulló de forma pavorosa. María en vez de asustarse, le recriminó:
«- Usted estaba llorando hace unos segundos, así que no me venga con esta actitud de malo. No creo que usted sea tan feroz como cuentan los campesinos.»
El monstruo se secó las lágrimas y le relató:
«- Hace ya dos siglos que me muero de dolor en este bosque. Una bruja malvada me condenó a ahuyentar a los que quisieran acercarse. Se fue repitiendo por los pueblos que mataba y me comía a los que entraban en el bosque. Es falso. Sólo tengo que aterrorizarles.»
María volvió a preguntarle:
» -¿Y por qué le echó esta maldición la bruja?
-Sencillamente porque odiaba a mi familia y quería vengarse de todos nosotros. Si esta noche, alguien no me coge de la mano y me acompaña hasta el pueblo para relatar mi historia, el embrujo nunca podrá anularse. Ayúdeme a destruir el conjuro, se lo suplico.»
María acompañó al oso-lobo hasta el pueblo y explicó a los vecinos la verdadera leyenda del monstruo. Cuando tocaron las doce campanadas de media noche, la bestia se transformó en un gentil príncipe lleno de gracia y encanto. Acudió en ese mismo instante su hada-madrina que le permitió, regresar con su familia en una época muy lejana.
Cada año, el gentil príncipe regresa a la aldea para hablar con los campesinos e invitarles a un gran festín