Unas pocas decenas de familiares y de amigos han asistido este sábado al funeral del cineasta sueco Ingmar Bergman en la pequeña isla sueca donde el aclamado cineasta pasó sus últimos años en soledad. Bergman, que murió el 30 de julio a los 89 años en su hogar en Faro, quiso que el funeral fuese privado. Unas 75 personas asistieron al servicio de 40 minutos dentro de la iglesia, con capacidad para 350 fieles. Policía y guardias de seguridad acordonaron el lugar.
Los restos, depositados en un sencillo féretro de pino, fueron enterrados después de la ceremonia en un lugar que él mismo había escogido en el cementerio, explicó la familia. Sus hijos Eva, Lena y Mats, y varios de sus amigos íntimos, incluyendo las actrices Liv Ullmann y Bibi Anderson y el actor Peter Stormare, asistieron al funeral, además de varios residentes locales.
El director de clásicos como El séptimo sello y la galardonada con el Oscar Fanny y Alexander ha sido proclamado en todo el mundo como uno de los maestros del arte cinematográfico.
Conocido internacionalmente por sus películas, Bergman fue también un prominente director teatral. Trabajó en varias salas de Suecia a mediados de la década de los 40, incluyendo el Real Teatro Dramático en Estocolmo que dirigió de 1963 a 1966.