LEOPOLDO
LUGONES 1874 – 1938
Escritor
poeta argentino
BIOGRAFÍA
Leopoldo
Lugones nació en la Villa de María del Río
Seco,en la provincia argentina de Córdoba,un sábado
13 de junio de 1874. Los Lugones se preciaban ya de ser una
familia cordobesa de antiguo linaje, su ascendencia criolla
se remontaba al Perú del siglo XVI, y sus abuelos conocieron
la Argentina de los primeros años de la independencia.
Desde
niño Lugones convivió con los nombres de los
próceres y fundadores de la Patria, familias ligadas
por parentesco o amistad con la suya. Esta diferencia con
los hijos de los emigrantes extranjeros, que el adoptó
como un rasgo de hidalguía aristocrática, fue
quizás determinante en el nacionalismo extremado que
profesó políticamente.
Aprendió
las primeras letras de la mano de su madre doña Custodia
Arguello y de ella recibió una educación católica
estricta.
Más
tarde concurriría a la pequeña escuela de Ojo
de Agua dirigida por Miguel Novillo donde recibió su
enseñanza: ortografía, letra redonda y matemáticas
rudimentarias.
Cursa
el bachillerato en el Colegio Nacional de la ciudad de Córdoba,
en donde destacó tanto por su aplicación como
por su rebeldía. Y es en esa ciudad provinciana donde
se iniciará a los dieciocho años en el periodismo
y en la literatura.
Las
primeras actividades literarias de Lugones se desarrollarán
en el marco de un periódico liberal, Pensamiento Libre,
anatemizado por ateo, anticlerical y anarquista. Es entonces
cuando funda en Córdoba el primer centro socialista,
y en 1898 decide instalarse en Buenos Aires.
Rubén
Darío lo encontró en esos años en la
capital argentina y lo describió como un muchacho bizarro
de veintidós años, de chambergo y anteojos y
lo definió como «fanático y convencido
incontestable».
Su
trabajo esporádico en distintos diarios porteños
se verá reforzado por un empleo en Correos que no le
durará demasiado tiempo.
Confecciona
la crónica de sucesos en el diario La Montaña.
Más tarde ingresa en el ministerio de Instrucción
Pública y en pocos años accede al empleo d inspector
de enseñanza media.
Su
actividad política no cesa, pese a su rápido
abandono del socialismo, y en 1903 apoya la candidatura del
conservador Quintana para la Presidencia de la República.
Para entonces ya era conocido en Buenos Aires como poeta,
orador y polemista.
Revistas
importantes como La Biblioteca que dirigía Paul Groussac,
publican capítulos de la Guerra Gaucha y Las Montañas
de Oro desde 1897, año en que nace su único
hijo.
Entre
1896 y 1903 desarrolla su actuación socialista, en
compañía de quienes serían también
escritores importantes dentro de la literatura argentina,
como el historiador Roberto Payró, Alberto Gerchunoff
autor de Los Gauchos Judíos, Manuel Ugarte y José
Ingenieros.
Es
entonces un militante exaltado que se rebela contra el orden
social impuesto por la oligarquía gobernante.
En
el Ateneo de Buenos Aires lee una conferencia-manifiesto titulada
Profesión de fe que es saludada como subversiva e incendiaria
y el periódico la Vanguardia la describe así:
«Canta a la ciencia, y a la igualdad, fulmina el dios
Millón, desprecia al clero, espera de la agitación
del pueblo, excita a la lucha por la idea, pinta sus dolores
y predica su triunfo».
Pero
es ese mismo periódico socialista el que publicará
la expulsión de Lugones del Partido Socialista por
inconsecuencia, medida que suscitará la protesta del
escritor en nombre de los servicios prestados a la causa.
Tres
años después, en 1906, Lugones hace su primer
viaje a Europa tras el éxito de su primera reunión
de poemas importantes Los crepúsculos del jardín.
Viaje
que repetirá en 1911 después de Lunario sentimental.
Dos
salidas al extranjero, obligadas en un argentino que se precie,
que tienen cierto paralelismo con los dos viajes adolescentes
de quién sería su mejor discípulo: Jorge
Luis Borges.
Salvando
las distancias, tanto en Borges como en Lugones el regreso
a su país incrementa el interés de ambos escritores
por los temas nacionales.
Borges
al regresar publica Fervor de Buenos Aires y se interesa por
la literatura gauchesca.
Lugones
escribe varias conferencias sobre el Martín Fierro
que constituirán su libro el Payador y publica otro
sobre Sarmiento. Pero aún volverá a viajar en
1913 enviado por el diario La Nación, ya en los umbrales
de la guerra mundial. Cuando muere Rubén Darío,
está otra vez en Buenos Aires, es su viejo amigo y
maestro al que homenajea en una oración fúnebre
en la que le llama «mi hermano en el misterio de la lira»
En
1920 publica «Mi beligerancia», un libro de panfletos
doctrinarios que lo aleja cada vez más del joven socialista
que fue y lo acerca al incipiente nacionalismo ultra argentino,
calcado del fascismo italiano y de los movimientos belicistas
europeos. Pero la política no es su única pasión,
Lugones se sigue interesando por la ciencia y de este interés
surge su libro «El tamaño del espacio»(1921)
que versa sobre la física moderna, influencia de estos
estudios los veremos también en muchos de sus cuentos
fantásticos que merodean la ciencia ficción.
Escribe también como un simbolista tardío las
páginas de «Las horas doradas(1922).
Pero
el gran escándalo tendrá lugar un día
de julio de 1923, cuando Lugones pronunciara una incendiaria
conferencia en el teatro Coliseo de Buenos Aires titulada
«Ante la doble amenaza».
La
virulencia de sus palabras y el tono exaltado de sus ideas
provocarán la repulsa de las fuerzas democráticas
que comienzan a verle como un peligro. Los diarios más
progresistas lo presentan como un nacionalista que copia los
peores modelos extranjeros . El líder socialista Alfredo
Palacios lo llama chauvinista.
Escribe
verso, prosa o se dedica a los estudios helénicos,
continuando su campaña a favor de una dictadura derechista
que llegará en 1930 con el golpe militar del general
Uriburu, que acaba con el gobierno constitucional del viejo
caudillo radical Hipólito Yrigoyen. Su importancia
en la trama civil del golpe le trajo el rechazo de muchos
intelectuales, algunos de los cuales habían sido sus
amigos de juventud.
Y
en el círculo de los escritores más jovenes,
entre los que se encontraba Borges que no llego nunca a visitarlo,
tambien se le atacaba con dureza.
Era el poeta del régimen, el poeta burocrático
el intelectual de la oligarquía. A pesar de todo los
jóvenes reconocen en él al gran escritor, sobre
todo tras su muerte.