ATILA
(c. 406-453)
Rey
de los humos
De
los primeros años de la vida de Atila, poco se sabe
excepto el hecho de ser miembro de la familia gobernante de
los hunos, un pueblo nómada de origen asiático
que se abalanzó desde las estepas del Caspio, en repetidas
correrías, sobre el Imperio romano.
Antes
del nacimiento de Atila, los hunos alcanzaron el río
Danubio en incursiones contra el Imperio romano de Oriente;
en torno al año 432 d.C. habían adquirido tal
poder que el tío de Atila, el rey huno Roas, o Rugilas,
recibía un gran tributo anual de Roma.
Atila
sucedió a su tío, compartiendo el trono al principio
con su hermano Bleda, al que asesinó en el 445. En
el año 447 Atila avanzó por Iliria y devastó
toda la región comprendida entre el mar Negro y el
Mediterráneo .
Los
pueblos conquistados que no fueron destruidos fueron forzados
a servir en su ejército. Derrotó al emperador
bizantino Teodosio II, y Constantinopla se salvó por
la única razón de que el ejército huno,
básicamente formado por fuerzas de caballería,
carecía de las técnicas de asedio a una gran
ciudad. Sin embargo, Teodosio fue obligado a ceder una parte
del territorio, al sur del Danubio, y pagar un tributo y un
subsidio anual.
Contando
en su ejército con un gran número de ostrogodos,
o godos del este, a los que había sometido, Atila invadió
la Galia en el 451 en alianza con Genserico, rey de los vándalos.
Se encontró con el general romano Flavio Aecio y fue
derrotado ese mismo año en la gran batalla de Châlons-sur-Marne
(conocida como de los Campos Cataláunicos), que tuvo
lugar cerca de la actual ciudad francesa de Troyes; según
todos los relatos, esta fue una de las más terribles
batallas de la antigüedad.
Los romanos fueron ayudados por los visigodos, o godos del
oeste, al mando de su rey Teodorico I. Los historiadores de
la época estiman las pérdidas del ejército
de Atila entre 200.000 y 300.000 bajas, un número que
en la actualidad se cree altamente exagerado. Aecio, con gran
juicio, permitió a los hunos retirarse, siguiéndoles
de lejos hasta el Rin.
Recuperado
en parte por la derrota, Atila dirigió al año
siguiente su atención hacia Italia, donde arrasó
Aquilea, Milán, Padua y otras ciudades. Roma se salvó
de la destrucción exclusivamente gracias a la mediación
del papa León I, quien en una entrevista personal se
dice había impresionado al rey huno con su majestuosa
presencia.
Una
importante consecuencia de la invasión de Italia por
Atila fue que algunos de los pueblos conquistados, especialmente
los vénetos, del noreste de Italia, buscaron refugio
entre las islas, pantanos y lagos en la cabecera del mar Adriático,
y en ese lugar fundaron un Estado que con el paso del tiempo
se convirtió en la República de Venecia.
Murió
en el año c453 Atila preparando la batalla para invadir
Italia,