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Mil a?os hace que no canto
Lope de Vega y Carpio, Felix

Mil
años hace que no canto
Lope de Vega

Mil
años hace que no canto
porque ha mil años que lloro
trabajos de mi destierro,
que fueran de muerte en otros.

Sin
cuerdas el instrumento,
desacordado de loco,
con cuatro clavijas menos,
cubierto y lleno de polvo,

ratones
han hecho nido
en medio del lazo de oro
por donde el aire salía,
blando, agudo, grave y ronco.

Muchos
piensan, y se engañan,
que pues callo piedras cojo,
y mala landre me dé
si no es de pereza todo;

fuera
de que ha pocos días
que ciertos poetas mozos
dan en llamarme Belardos,
hurtándome el nombre solo.

Substitutos
de mis bienes
y libres de mis enojos,
revocan mis testamentos,
de mi desdicha envidiosos.

Un
codicilo se canta,
en que dicen que revoco
todas las mandas pasadas:
Dios sabe lo que me corro.

Los
estrelleros de Venus
le dan más prisa que al moro
que de Sidonia partía
a impedir el desposorio.

En
fe de mi nombre antiguo
cantan pensamientos de otros,
quizá porque siendo males
yo triste los pague todos.

Por
algún pequeño hurto
echan de la casa a un mozo
y si algo falta después.
aquel se lo llevó todo.

¡Oh
Filis, cuán engañada
te han tenido maliciosos,
pues ha tres años y más
que aun a solas no te nombro!

Si
escribo de ajenos gustos
algunos versos quejosos,
gentilhombres de tu boca,
te los pintan como propios;

y
con estar por tu causa
que aun apenas me conozco,
y con tres años de ausencia
quieren decir que te adoro;

y
plega a Dios que si hoy día
a su brazo poderoso
para ti no pido un rayo,
que a mí mate con otro.

¿Soy
por dicha Durandarte?
¿Soy Leandro? ¿Soy Andronio;
o soy discípulo suyo
o tú del viento furioso?

¡Mal
hayan las tortolillas,
mal haya el tronco y el olmo
de do salieron las varas
que el vulgo ha tirado al toro!

Lisardo,
aquel ahogado
como Narciso en el pozo,
antes que a la guerra fuese
dijo bien esto del olmo:

¡Oh,
guarde Dios a Riselo,
guarda mayor de mi soto,
que mi vega maldecía
por barbechar sus rastrojos!

Todo
el mundo dice y hace;
yo lo pago y no lo como,
y hecho Atlante de malicias
sustento un infierno en hombros.