Milton
Alvarez
BIOGRAFÍA
Me llamo Milton, soy hijo de Jorge Issac un zapatero soñador y Rosario Herminia una hermosa artesana del dulce y la ternura, nací en Tulcán un pueblito hermoso que brilla entre montañas, en el filo de la frontera entre Ecuador y Colombia, esto permitió que con mis pulmones, se desarrollen también conmigo esos detalles que solo se sienten en provincia y que tiene que ver con emociones más auténticas, más puras.
Soy el quinto de los nueve hijos que tuvieron mis padres, así que como hijo sanduche tuve alguna libertad para dar rienda a mis inquietudes y sueños, a las locuras del crecimiento, a los vientos de cambios de nuestra América que explosionaban en los 60 y 70. Cuiatro de mis hermanos fallecieron, por lo que quedé como el segundo de los cinco que sobrevivimos; intentar ser un soporte emocional para mi madre hizo que madurara casi a la fuerza y asuma esa difícil tarea de ser consuelo e intentar ser aliento, cuando hasta los ojos de mi madre se secaban de tanta adversidad y de pocas respuestas de esperanza.
Creo que fui un niño y joven que no quizo sumar problemas a las angustias del hogar y en ese trabajo tuvieron que quedar algunos sueños de lado; soy de la generación de la información en revistas, devoraba un promedio de 40 de ellas por semana, quizas ese fue mi mejor alimento para años después tratar de poner en líneas mi manera de sentir y describir aquellas cosas, personas, sentimientos y demonios que impresionaron mis días y noches.
He estudiado las cosas más dispares, desde la ingeniería, las ciencias sociales, la aviación, la economía, la seguridad industrial, etc., esto se convirtió en otra fuente más de información, de contacto con la gente, con sus angustias, con sus sueños, con la realidad, tengo en esta perspectiva deudas por contar, de vivencias de ira, de amor, de supervivencia.
Estoy convencido que el ser humano tiene una capacidad infinita para crear, para luchar y especialmente para amar, aunque no siempre tengamos las condiciones ideales para hacerlo, es que la vida es un reto que hay que amasarlo cada instante, para ello debemos convertirnos en guerreros, que recibiendo el milagro de cada día, busquemos transformar cada minuto en un motivo para ser feliz, tratando de provocar sonrisa y miradas soñadoras, luminosas en quienes nos rodean y queremos.
Entendí hace unos años que puedo y debo exponer mi testimonio de vida y de sueños a través de relatos y poemas, que de alguina manera no permitan que mueran en el olvido, cuanto viví, sentí, miré, amé, que de alguna manera hagan justicia a todo el amor y la ternura que recibí de mi madre, de mi hogar, de la mujer que amo, de mis hjos que adoro.
Soy entonces un ciudadano de este planeta que quiso escribir y que les invito a mirar a través de mis versos roncos, algunas de las cosas que impresionaron mis días, que han llenado mi corazón y que explosionan mis ganas de amar más.
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