WILLIAM
SHAKESPEARE
SONETO
XIX
Mella,
Tiempo voraz, del león las garras,
deja a la tierra devorar sus brotes,
arranca al tigre su colmillo agudo,
quema al añoso fénix en su sangre.
Mientras huyes con pies alados, Tiempo,
da vida a la estación, triste o alegre,
y haz lo que quieras, marchitando al mundo
Pero un crimen odioso te prohíbo:
no
cinceles la frente de mi amor,
ni la dibujes con tu pluma antigua;
permite que tu senda siga, intacto,
ideal sempiterno de hermosura.
O
afréntalo si quieres, Tiempo viejo:
mi amor será en mis versos siempre joven.