JUAN
DE ARQUIJO
De
ciega oscuridad y horror cubierta
está la tierra, en tanto que el hermano
de la silvestre diosa sale ufano
del rojo Oriente por la ebúrnea puerta.
Ante sus ojos ve la muerte cierta
el piloto en el piélago inhumano
mas dando el viento a sus deseos la mano
en vida trueca la esperanza muerta.
Tras la importuna guerra se consigue
para dichosos años paz segura.
Tú, pues, en medio de tus males fía:
que al fin es cosa cierta que se sigue
tras la tormenta, guerra, noche oscura,
buen tiempo, dulce paz, alegre día.