Gertrudis
Gómez de Avellaneda
A LAS ESTRELLAS
Reina
el silencio: fulgidas en tanto,
luces de paz, purísimas estrellas,
de la noche feliz lámparas bellas,
bordáis con oro su luctuoso manto.
Duerme
el placer, mas vela mi quebranto,
y rompen el silencio mis querellas,
volviendo el eco, unísono con ellas,
de aves nocturnas el siniestro canto.
¡Estrellas,
cuya luz modesta y pura
del mar duplica el azulado espejo¡
Si a compasión os mueve la amargura
del
intenso penar por que me quejo,
¿cómo para aclarar mi noche oscura