EN LA ASCENSIÓN
¿Y dejas Pastor santo,
tu grey en este valle hondo, oscuro,
con soledad y llanto;
y tú rompiendo el puro
aire, te vas al inmortal seguro?
Los antes bienhadados
Y los ahora tristes y afligidos,
A tus pechos criados,
De ti desposeídos
¿a dó convertirán ya sus sentidos?
¿Qué mirarán los ojos,
que vieron de tu rostro la hermosura,
que no les sea enojos?
Quien oyó tu dulzura
¿qué no tendrá por sordo y desventura?
Vinieron de Asia y de la antigua Egipto,
Los árabes y fieros africanos,
Y los que Grecia junta mal con ellos,
Con levantados cuellos,
Con gran potencia y número infinito.
Y prometieron con sus duras manos
Encender nuestros fines, y dar muerte
Con hierro a nuestra juventud más fuerte,
Nuestros niños prender y las doncellas,
Y la gloria de ofender y la luz de ellas.
Fray luís de León