LEYENDA
DE SAN VALENTÍN
La leyenda del día de San Valentín comienza
en el siglo tercero con un tirano emperador romano y un humilde
mártir cristiano. El emperador era Claudio III. El
cristiano era Valentino.
Claudio había ordenado a todos los cristianos adorar
a doce dioses, y había declarado que asociarse con
cristianos era un crimen castigado con la pena de muerte.
Valentino se había dedicado a los ideales de Cristo
y ni siquiera las amenazas de muerte le detenían de
practicar sus creencias.
Valentino fué arrestado y enviado a prisión.
Durante las últimas semanas de su vida, algo impresionante
sucedió. El carcelero, habiendo visto que Valentino
era un hombre de letras, pidió permiso para traer a
su hija, Julia, a recibir lecciones de Valentino.
Julia, quien había sido ciega desde su nacimiento,
era una joven preciosa y de mente ágil. Valentino le
leyó cuentos de la historia romana, le enseñó
aritmética y le habló de Dios. Ella vió
el mundo a través de los ojos de Valentino, confió
en su sabiduría y encontró apoyo en su tranquila
fortaleza.
«¿Valentino,
es verdad que Dios escucha nuestras oraciones?» Julia
le preguntó un día. «Si, mi niña.
El escucha todas y cada una de nuestra oraciones,» le
respondió Valentino.
«¿Sabes lo que le pido a Dios cada noche y cada
mañana? Yo rezo porque pueda ver. Tengo grandes deseos
de ver todo lo que me has contado!»
Valentino le contestó,
«Dios siempre hace lo mejor para nosotros, si creemos
en El.» «Oh, Valentino, yo si creo en Dios»,
dijo Julia con mucha intensidad. «Yo creo.»
Ella se arrodilló y apretó la mano de Valentino.
Se sentaron juntos, cada uno en oración. De pronto,
una luz brillante iluminó la celda de la prisión.
Radiante, Julia exclamó, «Valentino, puedo ver,
puedo ver!» «Gloria a Dios!» exclamó
Valentino.
En
la víspera de su muerte, Valentino le escribió
una última carta a Julia pidiéndole que se mantuviera
cerca de Dios y la firmó «De Tu Valentino».
Valentino fué ejecutado el día siguiente, el
14 de febrero del año 270, cerca de una puerta que
más tarde fuera nombrada Puerta de Valentino para honrar
su memoria.
Fué enterrado en la que es hoy la Iglesia de Praxedes
en Roma. Cuenta la leyenda que Julia plantó un Almendro
de flores rosadas junto a su tumba. Hoy, el árbol de
almendras es un símbolo de amor y amistad duraderos.
En cada 14 de febrero, el día de San Valentín,
mensajes de afecto, amor y devoción son intercambiados
alrededor del mundo.
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