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Tiempo de coloquio
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TIEMPO
DE COLOQUIO
Azulejo

Secuencialmente,
cíclicamente, circularmente…, Siento que
vuelvo a caer en el mismo punto…, Por momentos me
sentí fuera de todo esto…, Por momentos,
pude tener la certeza que nada de esto iba a suceder
otra vez, conocí a alguien que me colmó
de las suficientes fuerzas y motivos para poder decir,
vale la pena, tiene sentido… ; conocí a alguien
por quien di todo, mi paciencia, mi cordura, mi sentido
del equilibrio, mi amistad, mis ilusiones, mis silencios,
mi capacidad de entendimiento, mi capacidad de soñar,
de poder construir…,

Comencé a construir porque sentía que
era correspondido, que lo que me decían era
cierto, que era tan honesto, como siempre lo he sido,
como lo fui y como lo seré…, Comencé
a echar bases, porque me dieron pié para hacerlo…,
Y hasta la construcción iba tomando forma,
las bases – que creí sólidas – las iba
fortaleciendo con la tesón y el cansancio del
empeño, poco a poco…, Poco a poco…,

Y se veían fuertes, se veían que podían
aguantar el paso del tiempo, los torrenciales aguaceros,
las más feroces tormentas…, Tanto así,
que me sentía orgulloso de decir que todo eso,
lo estabamos construyendo, tomando como aval la experiencia
de todas las cosas malas, feas, y dañinas que
nos hubo pasado…,

Y con tal aval, me sentí con la suficiente
movilidad como para sucumbir los suelos, y hacer que
las cimientes aguantaran mucho más…, Es más…,
Cavé un foso alrededor de la morada , el cual
los llené con pirañas, de manera que
quien se atreviera a atentar con la felicidad que
allí reinaba, iba a conseguir aparte de mí,
obstáculos que impedirían que cualquier
intensión contraria, perturbase la tranquilidad
de esa morada.

Me sentía a gusto, cuan a gusto!!!…, Y también
creía que la persona que construía conmigo
era tan feliz como yo…, Lo decía por la cara
que ponía, por las cosas que decía,
por los gestos que tenía, por los planes que
hacía, por las ilusiones que tejía,
porque sencillamente, sentía que había
honestidad, autenticidad, porque no existía
mezquindad, ni mucho menos egoísmo, se compartía
todo, lo que se tuviera…, Los problemas, las risas,
las canciones…, Cuantas canciones evocan recuerdos…,
Cuantos recuerdos y emociones, cuantas circunstancias
evocan motivos, y cuantos viajes que hicimos juntos,
incluso nos escapamos juntos al exterior durante un
fin de semana…, Cuantos planes, cuantos propósitos…,
Cuanta lucha…, Lucha por ser diferente, por dar
algo distinto, por ser honesto, por creer en la otra
persona, por brindar confianza…, Por tratar de ser
especial..

Cuantos
recuerdos que no se que hacer con ellos…, Cuantas
situaciones que ahora son tan distintas, el salir
del trabajo y no tener a donde ir…, El regresar
sólo a casa, cuando todavía no ha anochecido..,
El ver la ciudad como oscurece, y confundir los días
por lo monótono…, Para mí un fin de
semana, ya carece de sentido, o no tiene el mismo
que tenía anteriormente…, Porque por más
que desee huir o escapar, siempre el pensamiento viene
contigo..

Pero
debo admitir que todo este tiempo he estado equivocado..,
Que lo que percibí no era lo que en realidad
ocurría, que mis ojos vieron colores que los
deslumbraron, pero que no eran colores reales, sino
reflejos, y que los matices que tanto me gustaron,
eran sencillamente el reflejo del reflejo de dos espejos
puestos frente a frente… Debo admitir, que me siento
desconsolado, triste, que siento que las cosas carecen
de sentido, o si lo tienen, pero que quizá
no tenga el entusiasmo, la determinación, la
fuerza, las ganas, para encontrarlo.

Quizá a los ojos de todos, me estaré
ahogando en un vaso de agua, quizá es cierto,
pero tras invertir tanto esfuerzo, tanto tiempo, …,
Tras dar todo lo mejor de ti, tras de ir siempre con
las mejores intensiones, con los mejores pensamientos,
lo que queda es una gran decepción, la decepción
que sumada a los años, al tiempo, al ensayo
y error, al caer y levantarse, y volver a caer a un
sitio más hondo, y volver a usar «la máscara
del todo esta bien» y actuar ante el resto de
la gente.., Cuando lo que deseas es escapar, huir..
Es la decepción que mas duele…, Porque la
herida está en el alma, se siente profundamente…

En
esta oportunidad, aprendí muchas cosas, sé
que las aprendí porque las evoco y se me llenan
los ojos de lágrimas, y es una sensación
extraña el experimentar un dolor paulatino,
que te va estremeciendo el alma…, Que te va encorvando
el cuerpo, y que te endurece a la fuerza… En esta
oportunidad tuve muchas paredes para reclinar mi cara…,
Y no soporté los espejos, porque no podía
verme, no tenía el valor de mirarme frente
a frente, porque el dolor era tan grande, que prefería
evitar el simple hecho de verme..

Aprendí, a que se puede facilitar un teléfono,
pero no las ganas de hablar con la persona…, Aprendí
que no es bueno, entregarse a nadie…, Porque por
más que uno demuestre empatía con cualquier
hecho por insignificante que fuera para la otra persona…,
Que triste es saber, que uno no tenga con quien compartir
alegrías o tristezas significativas, producto
de logros o fracasos, porque sencillamente la otra
parte, carece de interés por lo que pueda estar
ocurriendo : de allí que también aprendí
que el interés tampoco puede inducirse…,
Y que la empatía no significa un aval, para
que lo sean contigo..

He
preguntado a amigos cercanos su opinión al
respecto, principalmente acerca de la manera con la
cual estoy enfrentando las cosas, me mortifica saber
si el comportamiento que mantengo es normal, porque
a los ojos de la otra persona todo es tan sencillo,
en cambio yo siento un gran vacío, y lucho
porque no se note, pero el brillo que hubo alguna
vez en mi mirada, ya no está, se difuminó
en tantas noches de insomnio, de desvelo, de darle
una, dos, tres, diez mil vueltas a todas las cosas,
buscando un motivo, una razón, una justificación…

Una noche me dijeron, revísate, analízate
internamente, y verás todas las respuestas
a todo…, Y me cansé de buscar, encontré
errores, por los que pedí disculpas, pero aún
así, no encuentro algo que sea lo suficientemente
de peso en significancia, como para que fuera el promotor
de todo esto. Mientras escribo estas líneas,
me volví a quedar callado, y mirando un punto
fijo de esta pantalla, como recapitulando en la búsqueda
de un motivo.., Y es que estoy tan cansado de buscarlo,
de sentir que fui yo, cuando ya las excusas me suenan
repetidas, cuando ya sé de antemano como será
el desenlace de las cosas… ; la verdad es que no
lo encuentro, no lo hallo por mas que lo busco y rebusco
en todos los rincones de mi pensamiento…

Hay
mucho dolor almacenado a lo largo del tiempo, y de
todo esto que me ha tocado enfrentar…, He procurado
mil veces no pensar, pero siempre lo termino haciendo…,
He buscado miles de sustitutos, pero lo que he conseguido
no encaja, o no va, o es muy grande, o es disonante…,
O no tiene las mismas características…, Me
temo que me acostumbré mucho a un modelo específico,
me amoldé, y que curioso e irónico es
todo a la vez…, La otra parte temía siempre
de mi carácter, de que no me adaptase a su
manera de hacer las cosas, y mira lo que ocurrió…

No tengo idea de cuantos días han pasado…,
Solo sé que amanece, y anochece con una velocidad
dramática, que me he reunido con gente que
me estima, que me aprecia, pero como no se ha hablado,
como no me ha dado la oportunidad de hablar, de decir
las cosas como yo las siento, pues, recurrentemente
vienen pensamientos a mí… Debo admitir, que
todavía le quiero…, Es estúpido decirlo,
pero nunca he dejado de quererle…, Porque ante todo
me mostré de una sola forma, adopté
una misma única postura, no vacilé en
mis respuestas, ni fui disonante.., En cambio, tengo
en mi mente tantas interrogantes, como palabras lleva
este escrito…, Y quizá siento que son preguntas
que nunca serán respondidas.., Porque a la
gente le cuesta admitir los errores…, Más
cuando la equivocación ha sido con alguien
a quien no se le profesa interés.

No se cuanto tiempo me durará esto…, Quizá
mucho tiempo, porque no hay derecho, jugar así
con los sentimientos de la persona, y mucho más
cuando no existe motivo alguno…, Quizá tanta
introspección sea para encontrar un motivo
al cual atribuir todos los hechos, y cerrar el caso…
Pero explicar lo que se siente, no es posible en términos
de palabras, no lo es…, No lo es…, Y tener a cuestas
la decepción de saberse ante una realidad,
cuya magnitud es tal que no permite esconderla por
las mangas, meterla en los bolsillos, meterla en una
caja,… La decepción es directamente proporcional
al amor y al tiempo, a la dedicación y a la
honestidad brindada, e inversamente proporcional a
la oportunidad que han brindado para resolver el problema.
(Para los conocedores de matemáticas : la división
entre «cero» es igual a infinito).

Ya
no encuentro formas para expresar lo que siento, ni
tampoco encuentro las maneras de resolver esta situación…
Me siento angustiado, me siento triste, las esperanzas
las saco del ambiente, de la atmósfera, de
los astros, pero no sale de mí… He perdido
lamentablemente, la fe en las personas…, Y aunque
sé que en la Biblia, en Corintios I – 13, se
dice que «… Y permanecen la fe, la esperanza
y el amor, de todas ellas, la más grande es
el amor…» ; que difícil es encontrar
argumentos válidos que te permitan recuperar
la fe, mantener la esperanza y dejarte cautivar nuevamente
por el amor…

Verdad que es difícil ? Verdad que si lo es…
Porque cuando la decepción que tienes es tal,
ya no tienes motivos para justificar los actos de
esa persona a la que aún amas, sin que lo merezca,
sin que lo valore.., Y sin poder responderte porque.

Dom.
8-Julio-98