LA
GRAN CIUDAD ADMINISTRATIVA
ALGO MÁS QUE PALABRAS
De
un tiempo a esta parte se habla de acercar la administración
al ciudadano, sin embargo no siempre es así. Falta
esa gran ciudad administrativa, que podría ubicarse
en polígonos del extrarradio de la ciudad, con servicios
amplios tanto para el personal al servicio de la Administración
como para los administrados, a los que se les facilitaría
el acceso, con amplios aparcamientos y concentración
de departamentos. Porque ese espacio, podría abarcar
las distintas administraciones (estatal, autonómica,
institucional, local…), a fin de que los clientes tuviesen
concentrado lo del “papeleo”, que lejos de aminorarse,
parece que crece cada día más.
Aunque
la sociedad de la información y del conocimiento ha
de generar una «administración electrónica»,
lo cierto es que a la hora de la verdad, nada de nada. El
mundo de Internet aún no abre las puertas a los ciudadanos,
por mucho que se diga y se vocifere. Ya nos gustaría
que pudiésemos resolver las gestiones con las administraciones
públicas a través de la red cualquier día,
a cualquier hora y desde cualquier lugar. Quizás, para
ello, habría que empezar por impulsar, poner de acuerdo,
y armonizar las ventanillas de las distintas administraciones,
que en la mayoría de los casos ponen locos a los administrados.
Sería
buen momento para la creación de esa gran ciudad administrativa,
con amplios servicios, para conseguir el objetivo de ser más
eficaces y a su vez más eficientes logrando el gran
reto histórico de las administraciones públicas
de acercarse al ciudadano, de forma personalizada de manera
que cada ciudadano pueda sentirse como «cliente único»
en su relación con la Administración y en un
espacio que aglutine todas las administraciones, como si fuese
un polígono industrial.
Las
distintas administraciones debieran seguir avanzando en conseguir
en los próximos años una función pública
al servicio de los ciudadanos, que no se quedase solo en papel
y en buenas intenciones, debería incorporar las nuevas
tecnologías en todas las áreas, implicando a
los empleados públicos a través de una nueva
política de personal, con formación continua
y permanente, y una real promoción administrativa que
los motive y los valore en su justa medida, porque el funcionario
de hoy trabaja como cualquier empleado de una empresa privada.
Por
otra parte, quizás el “terrorífico papeleo”
sería menor, si se evitasen duplicidades y solapamientos
que son mezquinos e incongruentes. A veces se hacen cosas
repetitivas, por costumbre, porque se hacían antes,
y hoy no tienen justificación alguna. Falta esa gran
revolución, la de generar los documentos imprescindibles
y no una montaña de expedientes donde sobran decenas
de impresos.
Sin
duda, en esa ciudad administrativa, debe imperar una nueva
organización, porque los tiempos cambian, potenciando
los mecanismos de relación interadministrativa bilaterales
o multilaterales que faciliten la colaboración en la
prestación de servicios y ejercicio de competencias
compartidas o concurrentes, de manera que no se produzcan
incongruencias.
Ciertamente ofrecer una administración sencilla, ágil
y accesible, en esa gran ciudad administrativa, que por otra
parte, generaría muchos puestos de trabajo indirectos;
puesto que incluso, podría haber centros escolares,
y con ello se facilitaría el trabajo de las familias
que tienen hijos en edad escolar, no es fácil y es
cuestión de tiempo. Lo sé. Pero hemos de trabajar,
en ello. Sin prisas pero sin pausa que se dice. Y aquí,
en esto de mejorar el servicio al ciudadano, que para eso
paga religiosamente sus impuestos, hay muchos sin sentidos
consentidos. ¿Se acuerdan de la ventanilla única?.
¿En cuántos sitios funciona?. Lo más
fácil, es que al estar en una cola, le digan que vaya
a otra, y tras esa otra cola, que se dirija a otro centro
directivo, que tiene su ubicación en otro sitio, generalmente
en el centro de la ciudad, donde resulta imposible aparcar.
Y que cuando estemos allí, nos digan, vuelva usted
mañana, o dentro de una semana.
Es
una asignatura pendiente, la de apostar por una administración
que, en verdad, potencie el desarrollo económico y
el progreso social. Pero, para ello, se necesita simplificar
la normativa y agilizar la gestión para facilitar la
creación de Pequeñas y Medianas Empresas y su
competitividad, generalizar las Ventanillas Únicas
Empresariales, que reúnen en un mismo espacio las distintas
tramitaciones de todas las administraciones referentes a la
creación de empresas, a todas las comunidades autónomas
y municipios españoles; y tantas otras cuestiones que
todos sabemos, pero que nos callamos, resignados porque la
administración, aún se dice y se comenta, es
poderosa. ¡Cualquiera le mete mano!. Pues ya es hora.
Víctor Corcoba Herrero