FRANCISCO DE RIOJA
A
LA MUERTE DE FRANCISCO DE MEDRANO
A
la muerte de Francisco de Medrano
Pasa, Tirsis, cual sombra incierta y vana
este nuestro vivir, y como nieve
al tibio rayo, desmerece en breve
todo aplacible bien y gloria humana.
¡Mira cuánto en color, cuánto en lozana
juventud confiar el hombre debe
si así acabó Medrano! ¡Oh en vuelo leve
subido haya a la estancia soberana!
Siento su fin veloz, aunque no incierto;
triste imagino aquel que nos aguarda
solo; por no avenirte en pena, en lloro,
Tirsis, deja este mar; vuelve ya al puerto
la nave y busca el celestial tesoro;
que a nos, quizá, tan triste fin no tarda.