VIDA NUOVA
Tan
gentil aparece y tan honesta
mi
sefiora, al dar a alguien su saludo,
que toda lengua tiembla y enmudece
y de mirar los ojos no se cansan.
Ella
camina, oyendo que la alaban,
benignamente de humildad vestida,
y parece que sea algo venido
desde el cielo a mostrarnos un milagro.
Tan
grata se aparece a quien la mira,
que por los ojos da un dulzor al alma
que saber puede sólo el que lo prueba.
Y
parece que salga de su boca
un espíritu suave, todo amor,
que va diciendo al ánimo: «Suspira»
DANTE