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La partida
Lord Byron

La Partida
LORD BYRON

¡Todo
acabó! La vela temblorosa

se
despliega a la brisa del mar,

y
yo dejo esta playa cariñosa

en
donde queda la mujer hermosa,

¡ay!,
la sola mujer que puedo amar.

Si
pudiera ser hoy lo que antes era,

y
mi frente abatida reclinar

en
ese seno que por mí latiera,

quizá
no abandonara esta ribera

y
a la sola mujer que puedo amar.

Yo
no he visto hace tiempo aquellos ojos

que
fueron mi contento y mi pesar;

loa
amo, a pesar de sus enojos,

pero
abandono Albión, tierra de abrojos,

y
a la sola mujer que puedo amar.

Y
rompiendo las olas de los mares,

a
tierra extraña, patria iré a buscar;

mas
no hallaré consuelo a mis pesares,

y
pensaré desde extranjeros lares

en
la sola mujer que puedo amar.

Como
una viuda tórtola doliente

mi
corazón abandonado está,

porque
en medio de la turba indiferente

jamás
encuentro la mirada ardiente

de
la sola mujer que puedo amar.

Jamás
el infeliz halla consuelo

ausente
del amor y la amistad,

y
yo, proscrito en extranjero suelo,

remedio
no hallaré para mi duelo

lejos
de la mujer que puedo amar.

Mujeres
más hermosas he encontrado,

mas
no han hecho mi seno palpitar,

que
el corazón ya estaba consagrado

a
la fe de otro objeto idolatrado,

a
la sola mujer que puedo amar.

Adiós,
en fin. Oculto en mi retiro,

en
el ausente nadie ha de pensar;

ni
un solo recuerdo, ni un suspiro

me
dará la mujer por quien deliro,

¡ay!,
la sola mujer que puedo amar.

Comparando
el pasado y el presente,

el
corazón se rompe de pesar,

pero
yo sufro con serena frente

y
mi pecho palpita eternamente

por
la sola mujer que puedo amar.

Su
nombre es un secreto de mi vida

que
el mundo para siempre ignorará,

y
la causa fatal de mi partida

la
sabrá sólo la mujer querida,

¡ay!,
la sola mujer que puedo amar.

¡Adiós!..Quisiera
verla..mas me acuerdo

que
todo para siempre va a acabar;

la
patria y el amor, todo lo pierdo…

pero
llevo el dulcísimo recuerdo

de
la sola mujer que puedo amar.

¡Todo
acabó! La vela temblorosa

se
despliega a la brisa del mar,

y
yo dejo esta playa cariñosa

en
donde queda la mujer hermosa,

¡ay!,
la sola mujer que puedo ama.