EL PERRO Y EL FRASCO
POEMAS EN PROSA
-Lindo perro mío,
buen perro, chucho querido,
acércate y ven a respirar un excelente perfume,
comprado en la mejor perfumería de la ciudad.
Y el perro, meneando la cola,
signo, según creo,
que en esos mezquinos seres corresponde a la risa y a la sonrisa,
se acerca y pone curioso la húmeda nariz en el frasco destapado;
luego,
echándose atrás con súbito temor,
me ladra, como si me reconviniera.
-¡Ah miserable can!
Si te hubiera ofrecido un montón de excrementos
los hubieras husmeado con delicia,
devorándolos tal vez.
Así tú,
indigno compañero de mi triste vida,
te pareces al público,
a quien nunca se ha de ofrecer
perfumes delicados que le exasperen,
sino basura
CHARLES BAUDELAIRE