ÉGLOGA
Oh
más dura que marmol a mis quejas,
y al encendido fuego en que me quemo,
más helada que nieve, Galatea!
Estoy
muriendo y aún la vida temo;
témola con razón, pues tu me dejas,
que no hay, sin ti, el vivir para que sea
verguenza he que me vea
ninguno en tal estado, de ti desamparado.
Y
de mi mismo, yo me corro ahora,
¿de un alma te desdeñas ser señora?
donde siempre moraste, no pudiendo
de ella salir ahora?
salid ahora lagrimas corriendo.
GARCILASO DE LA VEGA