EL CAMINANTE
Llegué furtivo para la postrara
canción de aburrimiento dominguero,
en silencio llegó el pregonero:
yo con mi compañía verdadera.
Me
recibiste con bondad certera
de niño que desea el primero
ser en el dar la noticia, el arquero
que clava su amor en diana sincera.
Rocé
por tu piel mi mano deseada,
tu piel pidió más tiempo a mi mano,
mi mano se marchó con la alborada …
En
la distancia siento tu reclamo:
dos lágrimas de luz en la mirada
descorren tu recuerdo si te llamo.
Pedro
Jesus Molina Rodriguez