LE
GRITABAN BORRACHO MUJERIEGO
UN BUENO PARA NADA
Ahora que sabes como muerde la galucha herida
y el ¡pega Martín pega! se ha transformado
en la búsqueda de una pega mal asalariada.
Ahora
que duelen tus nudillos cuando llovizna
y ese automóvil flamante
es un hueso quebrado en la memoria,
recuerdos que tiran la toalla
y caen derrotados en este rincón.
Ahora,
mientras los perfectos pómulos de una miss
han ocupado el lugar de tus cicatrices en la pantalla
descubres que esos colores de la Virgen de Lourdes
no pueden, ni podrán, rayar las pintas de ningún
tigre.
Sí,
ahora tienes razón: la vida es un puñetazo.
A
Martín Vargas
Sergio
Rodriguez