EL
BESO DE UN AMOR EN VERSO
De
tus campos quiero, adorable musa,
el perfume níveo del agua:
cultivado el poema, se cautiva la vida,
y se enternece la eterna existencia.
De tus latidos me sustento, amada mía,
y en tu aliento apoyo mis soledades.
Es el amor, lo más hermoso del vivir:
tan alto querer, es la omisión del yo.
En
tu mirada nace el amor sin medida
y por tus labios la donación de tu alma.
Déjame amor encender tus claros ojos
para caminar luminoso entre la noche.
Ámame
cariño como sólo tu sabes hacerlo,
que el amor es toda una existencia de tonos
y de timbres, una música cálida que aviva.
No hay nada más armónico y dulce,
que la voz de los amantes en concierto.
Enséñame
amor todos los universos,
antes que la selva del mundo nos devore
la pasión de mirarse el uno al otro,
y en el otro, verse el uno asimismo.
Al
igual que la lluvia empapa la tierra
de rimas, hasta florecer la rosa,
báñame del celeste firmamento
enrojecido por las etéreas sonrisas
y el deleite angelical del cielo
de tu silvestre boca, hasta brotar el verso.
Ya
se sabe, el amor no tiene edad,
siempre está germinando.
Lo saludable, más que el deseo de amar,
es la capacidad de amar el amor.
Por
eso, amada mía, somos dos,
pero un solo corazón.
Un solo corazón, en gozoso movimiento,
reviviendo la alegría de vivir,
ahuyentando la tristeza que nos mata.
Autor
: Víctor Corcoba Herrero